viernes, 31 de julio de 2009

MENORCA MON AMOUR


Uno de mis mejores viajes, sin lugar a dudas. Por la genial idea de realizarlo en barco. Por la compañía perfecta. Por la elección del destino. Por Menorca. Su ritmo de vida atrae, y sin darte cuenta te encuentras inmerso no solo en sus aguas sino en su existencia. Las diferentes tonalidades de azul se hacen realidad en sus aguas, donde puedes contemplar tus pies sin necesidad de unas gafas, donde cuando pisas, tus pies rozan con las piedras, los peces y demás seres diminutos, en vez de hacerlo con la basura habitual de nuestras playas, abandonadas a su destino cruel.

Doy gracias, de no encontrar grandes edificios propios de la especulación inmobiliaria, mas bien abundan pequeñas casitas de pueblo y numerosas casitas adosadas, aprovechadas muchas de ellas como grandes zonas hoteleras, que dan al usuario un montón de prestaciones.

La tranquilidad lo invade todo, pero si uno quiere disfrutar de la noche y lo que la envuelve, también tiene sus opciones, visitar las dos zonas portuarias, y yo recomiendo la visita obligada a Coves d'en Xoroi, en la zona de Cala n'Porter, una serie de acantilados habilitados como restaurante y discoteca, buen ambiente y buena música, y lo mas importante, espectaculares vistas al Mediterraneo desde una altura mas que considerable.

Si lo que queremos es ver un poco de su historia, entonces hay que visitar la gran fortaleza militar que nos invita a conocer Mahón, al entrar en su puerto. Majestuosa y misteriosa nos da la bienvenida a la isla.

Lo dicho, un gran, gran viaje..............

martes, 28 de julio de 2009

¡¡¡¡¡¡¡ MALDITAS OBRAS !!!!!!!


¿Porque con todos los inventos que ha ideado el hombre, se ha olvidado de crear silenciadores de maquinaria de obra? y segundo porque ¿Porque siempre las obras empiezan en agosto?. Se supone que es la época de descanso, en donde podemos permitirnos el lujo de despertarnos hasta bien entrada la mañana, pues no, siempre hay algún vecino listo, que quiere reformar el piso, el lavabo o la cocina. En mi caso, sufrimos las obras de RENFE, con esa taladradora infernal que trabaja día y noche sin descanso. Y para acabarlo de rematar están las reformas del piso de arriba. Que listos son !!!!!! Ellos desaparecen al empezarlas, y vuelven al acabarlas, de esta manera los unicos sufridores somos los vecinos restantes. Cada mañana el mismo sonido, a la misma hora, y estoy casi segura de una cosa, van a terminar el día que yo vuelva a mi jornada laboral.



Por favor, señores científicos de Quantico, inventen algo para acallar las diabólicas maquinas !!!!!!!!

viernes, 24 de julio de 2009

RUBIK


En una era en la que la tecnología lo invade todo. Donde el teléfono que funcionaba a golpe de dedo, las canicas, el corro de la patata, los walkman de 4 pilas, las Olivetti, han pasado a ser obsoletos y han dejado paso, a patadas, a los teléfonos moviles, las consolas, los ipods, los ordenadores y demás. En una época en donde el ser humano cada vez se relaciona menos y las maquinas crecen a ritmo descomunal, hasta llegar un momento no muy lejano, en que ellas dominaran el mundo. Es este periodo, yo he descubierto un nuevo ocio, una nueva aunque antigua manera de divertirme y pasar el rato: EL CUBO RUBIK, de toda la vida.

Me regalaron uno, y casi sin darme cuenta, me acorde de todos sus pasos, uno a uno, que desconocida nuestra memoria que a veces nos sorprende con golpes misteriosos, jejejejjeje.

Se lo doy a mi sobrina para que lo desmonte con sus frágiles dedillos y yo lo vuelvo a montar. Puede parecer aburrido, pero yo me lo paso bomba..............

martes, 14 de julio de 2009

FRAGILIDADES HUMANAS EN LOS RAILES


Antetodo disculpas por la foto pero tenia que ser contundente para producir efecto.

Es verano, las playas se abarrotan de gente con ansia de sol y mar. Algunos acuden en coche, pero los mas numerosos son los que llegan en tren. También son los mas osados, y los mas irresponsables, ya que por ahorrarse unos metros a través de un paso superior se juegan la vida; y las apuestas es lo que tienen, unas veces se gana y otras se pierde.

El pasado lunes, Renfe tuvo el ranking de arrollamientos (mortales o no) en un solo día, en una sola linea, 3, uno a la mañana, en la zona cercana al apeadero de la playa, otra al mediodía, entre dos estaciones, y la tercera a la noche.

La locomotora juega con ventaja, porque los ingenuos no miran, no escuchan y no sienten. Y sus cuerpos son tan frágiles frente a la fortaleza del tren, que no les da tiempo a rectificar su rumbo. Yo los he visto cruzar, a lo loco, sin miramientos, arriesgando gratuitamente su vida, he visto lo que sucede después, cuando la apuesta ya esta perdida.

Ahora construyen un paso inferior, pero que ilusos si creen que así van a parar las apuestas de la gente, no desistirán, porque según ellos seguirán ahorrandose unos pasos, y con la crisis que hay, hay que economizar hasta en los andares.

Y lo digo yo, que soy de las que cruzan las vías, pero eso si, eso era antes de que subieran la altura de los andenes, antes de ver el resultado de una imprudencia, antes de tener que contemplar cada día un ramillete de rosas en el lugar en el que murió una chica, por economizar pasos. Aunque yo lo hacia, mirando, volviendo a mirar, y asegurándome volviendo a mirar.

NO CRUCÉIS LAS VÍAS

viernes, 10 de julio de 2009

EL SUICIDIO DE LAS PIEDRAS


No se que ocurre ultimamente en las alturas de los edificios, pero en el corto espacio de dos días ya he visto dos suicidios de piedras, el primero de ellos, ocurrió en la mañana de ayer, cuando por una calle por la que suelo pasar todos los días, sin previo aviso, se lanzo la primera piedra procedente de una gárgola de un antiguo edificio, era del tamaño de dos cabezas, y su caída fue brutal, aterrizo en la calzada, justo a dos palmos de un ejecutivo que volvió a nacer, solo dos palmos es la diferencia entre la vida y la muerte. Aun puedo ver la palidez del hombre, y su quietud férrea, agarrándose a los milagros.

El segundo de ellos, ha sucedido hoy, a escasos metros del lugar de mi trabajo, se habían suicidado algunas baldosas pertenecientes a algún balcón, aterrizando en la acera, con el consiguiente susto de los transeúntes.

Algo debe suceder en nuestros tejados para que estas cosas inanimadas quieran dejar de existir y convertirse, en lo que algún día todos seremos, polvo.